domingo, 6 de septiembre de 2015

La recuperación azucarera

La necesidad de mano de obra en los ingenios produjo una intensificación del llamado “contrato de enganche”. Por este contrato, los hacendados recurrían a agentes que ofrecían oportunidad de trabajo con generosas ventajas para el que lo aceptaba. El “enganchador” ofrecía adelantos en oro físico, el indio debía aceptar un contrato que no entendía, por ello se comprometía a trabajar a donde lo asignen. El indio quedaba obligado por el contrato a devolver los adelantos que obtuvo, la comisión que debía retribuir por el enganche y además “los daños que pudiera ocasionar”. Este método es muy cruel y despiadado porque se aprovechaban que los indios que no entendían lo que firmaban. Así con aquellos “contratos”, el hacendado costeño logró solucionar la ausencia de mano de obra en los campos agrícolas, los indios creían haber logrado una buena remuneración y un plazo, que vencido, los dejaba regresar a sus tierras, habiendo acumulado algunos ahorros. La realidad para el indígena fue otra, el enganchador resultaba siendo su verdadero amo, que le negociaba su salario reteniéndole diversas comisiones. La mala ración que recibía debía completarla con largas hora de trabajo en el “tambo” de la hacienda. El “tambo” era del propio enganchador, que se ingeniaba en habilitar el bracero quien, ignorantemente aceptaba. El trabajador fue víctima pues de un sistema ideado de manera tal que el trabajador nunca pudiera librarse de su contrato. Algunas veces los indios lograban ahorrar, a pesar de los altos precios y comisiones de las que eran cautivos, se les prohibía salir de la hacienda para poder adquirir cosas más baratas. A los indios los llevaban a pagar el salario del trabajador con fichas, cuya circulación solo regía en la hacienda, cuando el indio lograba ahorrar, el pago se le hacía con vales que caducaban el fin de semana o antes. A todo este sistema, se le sumaba un severo régimen de trabajo, con jornadas excesivamente largas y sanciones. El Perú había tenido entonces, un gran momento de auge en décadas anteriores, a partir de eso, se pudo colocar la producción azucarera que se extendió notablemente. La falta de ahorro impedía mejorar las maquinas, por eso se recurría bajar los costos vía el salario del trabajador. Este “contrato” fue muy bueno para el Perú pero a la vez trajo épocas muy malas para los indios. Ellos prácticamente no ganaban pero hacían que el Perú ganara.





Alex Zimmermann 10 C

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